En estos días previos a la fiesta del almendro, el señor Juan Ojeda, y compañía han cambiado sus hábitos. Apenas hace cuatro años se pasaban todos estos días preparando pasquines para empapelar el pueblo, preparando los carteles que pondrían en el ventorillo criticando al Ayuntamiento y demás.
Luego llenaban el pueblo con esos panfletos y los pegaban con cola en las distintas fachadas del pueblo para que no los puedieran despegar.
Como ha cambiado el cuento, ahora se pasa esas horas previas ayudando a la decoradora del régimen, su esposa, a pintar telas de saco para engalanar los balcones, va a buscar cañas secas para hacer "jaces" y decorar también. Por último se pasa horas y horas vendiendo las bondades de la fiesta del almendrero, no almendro, lo bien que lo está haciendo el régimen, haciendo notas de prensa, videos, etc. etc.
Como se puede tener tan poca persanilada, ni antes estaba todo mal ni ahora está todo bien, muy bien, según ellos, claro.
Alegorías y alegrías del paisaje isleño
Hace 2 años
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