En relación a los comentarios despectivos de algunos de los colaboradores, yo soy partidario de no hacerles caso.
Todo ese odio que vomitan es fruto del nerviosismo que sienten por dentro, de su frustación, de su sinrazón.
Dejémosle a ellos con sus esquizofrenias de insultos, de faltas de respeto a muchos de nuestros vecinos, de insensateses, de mentiras, etc.
Ya ha quedado demostrado que el pueblo es sabio y por ello no podemos entrarles al trapo, cuando no se les da el más mínimo eco a algo que se dice o se hace, no va más allá.
Ya se cansarán Perdomo, Juan Pi, y acólitos de sembrar odio, de cinismo, de rencor, ellos solitos se pudrirán por dentro.
Ahora mismo solo les queda esa salida el insulto, la descalificación, nada más, son tan pobrecitos que así les va.
Alegorías y alegrías del paisaje isleño
Hace 2 años
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