LA PROMESA DE PERDOMO.
Suenan cornetas y tambores, Perdomo se sube al púlpito y
habla, y habla, y habla..(lo lleva todo escrito..)..
pero cuando mira al cielo pidiéndole
a Dios que le crea, solo ve "oscurantismo" y cuando baja la
vista a la tierra se horroriza al ver ¡ que ya no hay nadie a su
alrededor; que todos, incluidos los suyos, salieron corriendo
como alma que lleva el diablo; corriendo despavoridos a cualquier
parte, en cualquier dirección; cualquier cosa antes que aguantar
el sermón escrito de Perdomo!. ¡Otra vez nooooo, por favor,! ¡Ten
piedad de nosotros!...Pero uno de los que corría, en un ataque de
curiosidad, miró hacia atrás buscando a Pipo y Juan Pí entre la multitud.
No se habían marchado, sino que estaban escondidos detrás del
púlpito, peleándose porque Juan Pí acusaba a Pipo de quitarle
protagonismo en favor de Perdomo, y eso no lo iba a tolerar.
Mientrastanto, seguía Perdomo anunciando el apocalipsis, augurando
que la oposición en Valsequillo barruntaba tragedia, que las siete
plagas bíblicas estaban al llegar si ASBA volvía al poder, que sus
números eran los verdaderos, más ciertos que los diez mandamientos
esculpidos en lajas de piedra por Moisés, más claros que los rayos
del Sol de mediodía...pero cada vez que miraba al cielo sólo veía
"oscurantismo"!
Bajó de nuevo la mirada y clavó sus conmovedores ojos en el suelo.
Ya no quedaba un alma a la vista. Se había quedado sólo, pero de pronto
vió un anillo de luz brillante que le iluminaba poco a poco, que iba
creciendo lentamente, como un resplandor divino: era el Señor. De repente,
hizo un propósito de enmienda : "Voy a cambiar mi discurso, Señor,
te lo prometo! El Señor, en un ataque de risa nunca conocido en
tal alta divinidad, se dejó caer en su trono y respondió "José Antonio,
hijo, recuerda que yo soy Dios y a mí no se me puede engañar".
Dios, en su bondad, le murmuró al oido:"Hijo, baja de ese púlpito y marcha
con los otros...pero no publiques más artículos, que tus mentiras ya
son conocidas en las otras galaxias; alguien se puede enfadar
por tus mentiras y pueden invadir la Tierra..." "Si eso ocurriera,
Señor,-contestó- será con toda seguridad culpa de ASBA".
Mientrastanto, Pipo y Juan Pí, seguían escondidos detrás del
púlpito, estaban a punto de llegar a las manos....pero esa es otra
historia que contaré otro día.
Ah, también hablaré del personaje que miró para atrás y vio
cómo peleaban estos dos....Santa palabra.
Que el Señor esté con nosotros los valsequilleros. Amén.
EL BUHO