En estos días he estado aquejado de un proceso gripal.
Cuando he podido me he vuelto a leer una parte del libro HOMBRES CONTRA GÉRMENES, de A. L. Baron.
En uno de los párrafos de su capítulo XIV, Los intangibles gérmenes del enigma, pone:
“En el siglo V antes de Jesucristo el gran y sabio médico Hipócrates, que conocía todas las enfermedades, describió un mal que bien pudo ser la gripe. Pero Hipócrates murió y Grecia cayó.
El ejercicio de la medicina decayó y desapareció, siendo sustituido por la ignorancia y la superstición.
Durante muchos siglos después de Hipócrates no se supo nada de medicina y no quedó ninguna constancia de la gripe.
Siguieron pasando los siglos y poco a poco el arte de la medicina resucitó y los médicos empezaron a sustituir a los charlatanes.
Es cierto que los servicios de aquellos primeros médicos de poco servían, pero observaban, describían y aprendían a reconocer los males que estaban llamados a curar.”
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