En el buen camino
En tiempos tan complicados como los que vivimos actualmente se hace más necesario que nunca generar nuevas expectativas en el sector primario. La época del cemento y el ladrillo ha pasado a mejor vida y es necesario
y urgente buscar alternativas que permitan a la gente de nuestro municipio paliar en lo posible la tremenda crisis que padecemos.
Son nuestros representantes políticos los que más se deben esforzar en impulsar, favorecer, y fomentar el desarrollo agrícola y ganadero en nuestro municipio. La comunidad tampoco puede quedarse mirando impasible cómo la corriente nos arrastra. Entre unos y otros tenemos
la obligación de afrontar la situación, aunar esfuerzos y luchar conjuntamente en busca de unos objetivos que mejoren nuestra calidad de vida y la de las generaciones venideras. O eso, o habrá que volver a tiempos no muy lejanos, los de la emigración forzosa.
Instamos a nuestros políticos a nivel regional, insular y local a apostar por un sector primario al que si se le ayuda y apoya, puede ser una alternativa al ladrillo y a la especulación. Si nuestros ganaderos y agricultores tuviesen
solo la mitad del apoyo financiero e institucional que llegaron a tener las grandes empresas especuladoras y depredadoras de nuestro medio natural, quizá podríamos dar un
vuelco a una situación que aún puede ser reversible.
Un buen plan de regadíos, el abaratamiento del precio del agua de riego mediante un órgano regulador que ataje la insoportable y abusiva especulación, las ayudas y subvenciones para la mejora de explotaciones e intalaciones agrícolas y ganaderas, la apertura de nuevos caminos agrícolas para facilitar el acceso de personas y maquinaria, un plan de recuperación y puesta en marcha de enormes fincas abandonadas hace tiempo y con un potencial incomprensiblemente desaprovechado, el impulso institucional a través de sus granjas agrícolas y viveros, facilitando semillas y árboles frutales a precios razonables, etc., pueden ser puntos de partida para reactivar un sector muy desprotegido.
Las subvenciones actualmente sólo llegan a unos pocos propietarios de grandes fincas, mientras que a los minifundios, esas pequeñas o medianas parcelas que, debido a nuestra orografía, condicionan nuestro sistema agrícola y ganadero local, nunca llega nada. Las ayudas procedentes de Bruselas para el plátano y el tomate siempre se fueron directamente a los bolsillos de los grandes productores y exportadores, es decir, a los más ricos.
Debemos exigir a nuestros gobernantes honestidad y compromiso ante esta nueva situación que, desgraciadamente, va a ser más larga de lo que muchos piensan.
Estamos a tiempo de tomar medidas correctoras en nuestro sector primario y se palpa, ahora más que nunca, un enorme interés por parte de los actores principales,los pequeños agricultores y ganaderos de nuestro municipio, por apoyar al gobierno municipal en las acciones que se están tomando en este sentido. El Primer encuentro de agricultores y ganaderos celebrado dias pasados en nuestro municipio puede haber sido un punto de inflexión y una muestra palpable de que nuestros gobernantes, de una vez por todas, se empiezan a tomar en serio un sector que fué siempre la hermana pobre y olvidada .
Podríamos estar en el inicio del buen camino.
Uno de p´abajo.
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