EL DESENCANTO DE ANTONIO TOSCANO CON LA POLÍTICA DE ASBA, (VII).
Las cuestiones relatadas en los comentarios anteriores fueron generando un distanciamiento y cierto desencanto en la política llevada a cabo por Asba.
Un Plan General que no me gustaba, el desembarco de Mazotti en Valsequillo, que me disgustaba y el paulatino alejamiento de nuestra realidad que, a mi entender, llevaba a cabo el grupo gobernante, me alejaron del proyecto de Asba.
En todo caso, respecto al desembarco de Mazotti, hay que reconocer que venía de Telde, donde se llevaba estupendamente con el grupo gobernante del P.P. y CIUCA, liderados por Paco Valido y Guillermo Reyes.
También venía del Cabildo Insular de G.C., gobernado por el P.P. de José Manuel Soria López, haciendo uso del rodillo y subido en una tarima situada por encima del resto de los mortales.
En esta etapa de Soria fue cuando se produjo el caso de facturas abonadas por duplicado, actualmente en diligencias por la vía penal y donde, tengo entendido, es procuradora del Sr. Mazotti la esposa de José Manuel Soria.
Es decir, no fue solo Asba quien metió la pata con el Sr. Mazotti, ya que algún miembro de Asava se benefició de trabajos realizados en la oficina técnica que tenía este empresario, frente a La Caja de Ahorros de Valsequillo-Casco.
En esta Oficina Técnica se elaboraron Proyectos de Apertura para diversos ganaderos locales, entre ellos el de la explotación donde Asava celebra sus sancochos y donde han llevado a su ahora adorado Paulino Rivero.
Nada han dicho de este asunto.
Asava no dijo ni pío, no le interesaba, porque el beneficiario de este proyecto es miembro de Asava, padre de candidato de Asava, cuñado de candidato de Asava y cuñado del presidente de Asava de aquel momento.
También mostré mi descontento con una política errática de las administraciones y así, en la etapa de Paco Sánchez en el Cabildo, devolví una subvención de 122.616 pesetas, 736,94 euros, que había recibido, por LA SEQUÍA DEL AÑO 98.
Alegué, al Cabildo Insular de G.C., que la falta de actuación o actuación a destiempo en asuntos de competencia institucional me causaba más perjuicios que le sequía o el temporal.
Mientras yo llevaba a cabo este acto de rechazo de una subvención miembros de Asava, que también la habían recibido, pusieron en práctica aquello de “coge el dinero y corre”.
Antonio Toscano demostraba que era más coherente que los miembros de Asava lo cual, hay que reconocerlo, no es muy difícil.
Y para concluir esta serie de comentarios solo me quedan dos:
LA LLEGADA DE ASAVA AL PODER, (VIII).
MI CREDO, HACIA UN NUEVO ORDEN INSTITUCIONAL, (IX).
CONTINÚA….
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