Homenajes innecesarios.
He de decir que no me gustan los homenajes póstumos y mucho menos si son para recordar momentos muy tristes o vivencias trágicas y traumáticas para mí o para otras personas queridas. Ya sé que es un problema mio si no me gustan, pero ¿qué piensan los familiares y amigos de las victimas mortales o de los más gravemente afectados? ¿Alguien ha hablado con todos ellos? Lo único que puedo decir es que probablemente haya familiares que aún no se han recuperado del tremendo impacto emocional y algunos, quizá no se recuperen nunca. La frivolidad con que desde
el ámbito político se gestionan estos temas es a veces vergonzoso y repugnante. Y que nadie me hable de buenas intenciones y demás justificaciones .
Creo que antes de tratar en un pleno un tema tan delicado, para seguidamente publicarlo en los medios, se debió llevar el asunto con el máximo sigilo y cuidado.
Antes que nada, se debieron poner de acuerdo todos los grupos políticos y se debió nombrar una comisión para analizar con detenimiento la conveniencia o no de un acto en recuerdo a las víctimas y , en base a ese analisis, llevar a pleno o no, una propuesta de forma conjunta, para luego hacerlo público si procedía.
Lo han hecho a posteriori y lo han hecho público antes de tiempo. Lo han hecho mal.
Haciendo referencia al comportamiento generalizado de la mayoría de los políticos,y al rechazo que, cada día más, generan en la cuidadanía, leí hace unos días un artículo del periodista Fernando Ónega que comenzaba así :
"Abandonad toda esperanza.Si alguien esperaba todavía un gesto de unidad de los partidos, un apoyo mutuo,un diálogo, un gesto de generosidad en este tiempo de angustia social y económica, se ha equivocado.Nos hemos equivocado".
Desgraciadamente y, políticamente hablando, Valsequillo no es distinto. No se ha hecho de otra manera porque en política, para desgracia de los ciudadanos, y aunque nos quieran vender lo contrario, la figura del ventajista y los actos de oportunismo van siempre por delante, no sólo de los intereses generales, sino incluso de los sentimientos de las personas afectadas por un acontecimiento tan terrible como traumático y del sentir general de todo un pueblo, visiblemente triste y abatido por ladesgracia sufrida.
Muestra palpable e inequívoca de lo que digo es lo que tardó ASAVA en publicar su iniciativa en los medios de comunicación. Es indignante. Si, como afirman, no tenían ningún interés partidista, ¿por qué no hicieron un comunicado conjunto con los demás partidos?.En todo caso, eso es lo de menos.
No sé si al grupo de gobierno de Valsequillo le cogió por sorpresa la propuesta de ASAVA o no, pero sin duda, y siempre desde mi punto de vista, se precipitaron en apoyar una moción cuya finalidad puede ser interpretable, opinable o discutiblepara mucha gente (no para mí, aunque respeto todas las opiniones).
A unos (ASAVA) les entró prisa por dejar claro que la iniciativa o la idea fue suya y, a otros (ASBA y PP), les entró miedo no apoyar la propuesta, pudiendo abstenerse en la votación y posponer la respuesta para más adelante, hasta analizar debidamente su conveniencia o no, teniendo en cuenta la situación tan delicada.
Sin pretender tener la razón (la razón absoluta sabemos que no existe), quiero dejar claro mi posicionamiento personal ante una situación que requiere el máximo de sensibilidad y delicadeza a la hora de ser tratada. Este no es un asunto más. Ni un asunto cualquiera. No, señores.
Lo mínimo que debieron hacer los que parieron la idea fué consultar a los afectados, interesarse por ellos y, sobre todo, por su opinión, por lo que tengan que decir al respecto. Me refiero en especial a aquellos afectados con los que el destino se ensañó injustamente, de forma más cruel, y cuyo estado anímico no invita a homenajes en memoria de los que ya no están. Me refiero a aquellos que están viviendo aún una pesadilla insoportable y que parece no se vaya a acabar nunca.Hablo con conocimiento de causa.
Me refiero a aquellos que, sumidos en una infinita tristeza, tratan de llevar su día a día como mejor pueden aunque el recuerdo les pese como una losa y no encuentren consuelo ni alivio al sufrimiento. Me refiero a aquellos que sólo cuentan con el apoyo de familiares y amigos, porque, aunque nos duela, no hay otro.
Ya se acuerdan ellos a cada minuto, cada día de su vida, cada mañana cuando se levantan y se vuelven a preguntar ¿por qué nosotros?. Ya se acuerdan lo suficiente para que alguien les venga con recordatorios en forma de homenajes; no hay consuelo para ellos. Déjenles en paz.
Se justifican algunos diciendo que no debemos dejar a las víctimas en el olvido. Que no se preocupen los que así piensan; el pueblo de Valsequillo nunca olvidará la desgracia ocurrida y siempre llevará en la memoría a las personas que sufrieron los gajes del fatal destino en tan señalado día . Es inevitable. Es parte de nuestra historia como pueblo y se les recordará siempre, pero eso no consolará a los familiares de María Dolores, ni mitigará el dolor a los padres de Lucía.
Valsequillo seguirá su camino, pues hay que seguir adelante, pero hay personas que vieron truncados sus sueños por un accidente fatídico y otros para los que la vida ha perdido su sentido. No es momento de homenajes.
Desde aquí solo pido que seamos respetuosos con todos los afectados, pero de forma muy especial, con aquellos que ya no están y con el deseo de sus familiares.
Me consta que antes de hacer ASAVA esta propuesta y después de ser aprobada en un pleno por unanimidad, al menos una parte de los familiares directos de las víctimas más afectadas ni siquiera han sido consultadas por nadie para saber su opinión, enterándose por los medios de comunicación.
La falta de sensibilidad, unidos al protagonismo que pretenden asumir algunos al hacer este tipo de propuestas sin medir las consecuencias, ignorando el sentir y la opinión de los que más sufren en silencio, son escandalosos.
El miedo a que le pudiesen "pisar" la iniciativa y la prisa por publicarlo llevan a cometer estos clamorosos atropellos al sentido común, mostrando las oportunistas intenciones que se esconde detrás de todo esto.
Si nuestros políticos tuviesen algo de sentido común, si mostrasen en gesto de unidad y de apoyo mutuo, de diálogo y de generosidad en momentos de tanta angustia, se replantearían la situación de forma imediata. Si no fuese así, se habrán equivocado....y nosotros también.
Uno de p´abajo.
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