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miércoles, 30 de noviembre de 2011

5702 COMENTARIO Uno de pábajo

Pipo y los enterradores.

Se encuentra ASAVA en un momento crucial de cara a su futuro.

Estaba cantado que el sucesor de Pipo iba a ser alguien de perfil

parecido; más formado, pero con idénticas carencias. Al que viene

no se le supone un líder capaz de meter en vereda a los enterradores

de su antecesor y los que le han puesto ahí lo tienen muy claro.

El enterrador número uno, Juan Ojeda, ni se le pasa por la cabeza

pasar a mejor vida en política, por lo que no cederá ni un ápice de

protagonismo (escondido ahora más que nunca) a aquellos que

intenten cuestionar ni un solo mandamiento de su particular doctrina.

Eso es una quimera. El padre espiritual de la criatura nunca renunciará

a su estatus en el partido; quién lo crea es un iluso.

En cuanto al ínclito Perdomo, llamémosle el enterrador número dos,

históricamente ha dejado las organizaciones en las que ha estado

hechas añicos política e ideológicamente y, en el plano económico, en

quiebra absoluta: Plataforma del agua,Organización sindical, PSOE,

Concejalía de Hacienda, etc.

Bueno, hay una ocasión en la que no tuvo la menor oportunidad porque

un alcalde con un par de narices y mucho más listo que ellos dos juntos,

Paco Sánchez, al menor síntoma de intento de asalto al poder, les dió

puerta por la vía de urgencia. Y miren que lo intentaron.

Con un historial político plagado de fracasos en ambos casos, estos

personajes han ejecutado políticamente a Pipo López para

ofrecer su cabeza a la militancia como culpable de todos los males y

ellos irse de rositas para continuar manejando los hilos del partido

a su antojo y seguir alimentando sus odios y sus egos,que han sido

nuevamente vapuleados por el enemigo de siempre: ASBA.

Semejante actitud, que puede interpretarse como "políticamente correcta",

no es digna de unos compañeros de viaje que sacrifican a su amigo, al

que nunca les ha fallado,para salvarse ellos; humanamente es una

traición y políticamente es un linchamiento en la plaza pública.

Si Ojeda y Perdomo se hubiesen unido a Pipo en la desgracia,

como culpables, en proporciones idénticas a las del ex-alcalde

del estrepitoso fracaso de su gestión en los pasados cuatro años y si

hubiesen asistido al sepelio ,no en calidad enterradores, sino como lo ha

hecho Pipo, quizá el gesto se hubiese entendido en positivo.

Francamente, el presidente de ASAVA y próximamente nuevo concejal,

lo tiene muy dificil, ya que parte con un déficit de autoridad notorio respecto

a los enterradores de Pipo y, por tanto, con una espada de Damocles sobre

su cabeza. Aquí no vale para nada el verbo fácil,el discurso grabado y la

entonación pausada; aquí la brega es intensa y a veces poco gratificante;

el camino se nos antoja enrevesado, oscuro, lleno de obstáculos y el trabajo

muy duro y sin pausa.

Otra marioneta en manos de los de siempre, no será un papel cómodo

para el Sr. Hernandez Atta y me temo que no lo aceptará de buen grado.

Veremos cómo se maneja una persona que, con muy poca experiencia en

política local, se perfila como futuro sucesor de Pipo. El entramado ya

está claro y sólo falta saber qué dirán algunos personajes notorios de ASAVA

sobre la cuota de poder que se les otorgará, si es que tuviesen alguna.

En principio parece que el clan familiar,acumulará más poder,

con Juan Ojeda siempre ahí, en la sombra, manejando, maquinando,

al frente del teclado, divulgando su doctrina, disparando contra todo lo

que se mueva y dirigiendo las intrigas palaciegas.Si no se lo sacude de

encima, poco futuro le auguramos a esta nueva ASAVA que pretenden

vendernos. Lo de Constanza y Armando es llamativo pero no sorprendente.

En casa no soportarán más órdenes ni más desplantes de un don nadie

como Juan Ojeda.

Lo dicho: Pipo jamás debió irse solo, pero él nunca pudo decidir nada por

sí mismo y esto tampoco lo decidió él, sino sus enterradores.

Uno de p´abajo

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