Participar en la vida de nuestro pueblo es, sobre todo, "salpicarse de pueblo", es decir" de su paisanaje. Da igual el sitio. Puede ser cualquier asociación, colectivo, grupo y, por supuesto, y por qué no, el bar, la petanca, el fútbol o lo que sea. No discuto el valor de esos señores como profesores, al contrario; pero si el pregón lo diese un agricultor y se dedicase todo el rato a hablar de las preciosas papas que cogió este año y que espera que todos los productos que cosecha contribuyan a que nos mantengamos sanos y vigorosos, etc, etc., me temo que los bostezos entre el personal serían impresionantes. Pasaría lo mismo si el pregonero fuera un zapatero, un taxista o un ingeniero, arquitecto o lo que sea, si se dedicasen todo el rato a hablar cada uno de sus distintas profesiones. Como indiqué anteriormente de lo que se debe hablar en el pregón de una fiesta es, precisamente, de la fiesta ya que es una invitación a la misma para lugareños y foráneos. Y sobre política, que cada cual defienda la que más le guste, sólo me refería al pregón.
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