A las tres y media de la mañana nos levantamos, echamos de comer y ordeñamos, a las ocho menos cuarto de la mañana en Las Palmas, a las nueve en Valsequillo, a las doce, nuevamente, en Las Palmas, a las dos de la tarde reunión, a las seis clases, a las nueve y media de la noche llegamos a Valsequillo y ordeñamos las vacas, dar de mamar a los becerros y baifos, relajarse un poquito y…
No me quejo, estoy contento, mañana será otro día.
Alegorías y alegrías del paisaje isleño
Hace 2 años
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