Cuando la tradición de los juzgados se lleva en la sangre difícilmente se podrá despojar de ella cuando se gobierna. La vida política de ASAVA en la oposición se basaba en las denuncias. Ahora que gobiernan no podía ser menos. En fin, judicializar una institución pública hace que nos olvidemos de lo realmente importante: la calidad de vida de la gente.
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