De un tiempo atrás hay ciertas ratas de cloaca que deambulan mucho entre Valsequillo y Telde, lugares donde moran enfangadas en sus tenebrosas maquinaciones y oscuras intrigas.
Inundan con su fétido hedor cualquier lugar allá donde se arrastran, marcando su territorio. Un consejo, aléjense de ellas, llevan la podredumbre en su interior, y se nutren de los demás para poder sobrevivir, especialmente cuando hay escasez de víctimas
y existe un sequía prolongada de varios años.
Se les ven muy agresivas, llegando incluso a
devorarse entre ellas. Ante la falta de recursos
y la necesidad presionando, optan por medidas desesperadas.
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