Los comentarios anónimos o con seudónimos me recuerdan aquella propaganda donde se veían dos hermanos que se trataban divinamente a través de este medio.
Realmente no sabían quien era la persona con la que se comunicaban.
Posteriormente, al cruzarse en la escalera, casi se aruñaban y se escupían.
Desconozco el comportamiento de cada uno de los que escriben cuando están frente a las personas que nombra o insinúa.
Yo escribo con mi nombre y asumo las consecuencias malas y buenas de ello.
0 comentarios:
Publicar un comentario