Una de sapos
Recientemente, estimado Antonio, he descubierto, curioseando, que, según ciertos estudios de comportamiento animal, los sapos
(http://es.noticias.yahoo.com/12/20100331/ten-los-sapos-pueden-permitir-predecir-u-5823964.html ) son capaces de “prever lo imprevisible”, alterando su comportamiento brutalmente ante sismos y determinadas catástrofes. Al instante, mi mente enlazó tal fenómeno con una socarrona expresión propia de nuestro acervo: “tragar sapos”, referido a “tener que aceptar algo difícil, que va en contra de nuestros deseos. Un verdadero trago amargo difícil de deglutir”. En definitiva lo que nos ocurre a los ciudadanos de Valsequillo, que llevamos cerca de tres años tragándonos 7 sapos y tres renacuajos. El problema añadido es que éstos no sólo no sirven para prever siniestros, sino que son expertos hacedores de calamidades y daños. Así, aprendiendo de la experiencia y adversidad, únicamente nos queda esperar paciente y democráticamente a mayo de 2011 y aspirar a que la próxima elección no nos vuelva a salir rana. Un saludo, Jabato.
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