ACTIVOS Y PASIVOS TÓXICOS
Es vox populi, estimado Antonio, que una de las claves de la crisis actual ha estado en el hecho de que las entidades financieras han acumulado “activos tóxicos” o, dicho con palabras más cotidianas, posesiones sujetas a una especulación excesiva y artificial que hace que su valor real esté, rota la burbuja, muy por debajo de aquel por el que se adquirieron.
Miren ustedes por donde, lectores de este humilde blog con casi 50000 visitas ya, cuando con optimismo en sus principios especulábamos con 10000, a Valsequillo en esta época le ha tocado vivir dos crisis paralelas, la económica y la de gobierno local. Ambas coinciden en poseer activos tóxicos, ya sea Pi3,14 ya sea Perdomo, puesto que todos sus actos o gestiones se traducen en sinónimos de tóxico: dañinas y perjudiciales. No obstante, agrava la situación que en nuestra realidad, además de activos, tenemos pasivos igualmente tóxicos, a saber, Pipocho, Santa Enélida y Armando “Me too”, que no producen ni se les conoce iniciativa alguna, pero que, como buena infección o virus, deterioran la salud de este municipio y debilitan su hacienda con sus suculentos sueldazos.
En esta enfermedad entre financiera y humana no nos faltan ciertos monocitos, Constanza y Elsa, que fagocitan la credibilidad y coherencia que vendieron a los ciudadanos para acceder al poder. Como “bichitos” infectos pululan y colaboran con los otros gérmenes, intentando, cual especuladores, pasar desapercibidas para evitar ser culpadas de semejante crisis y quiebra.
En definitiva, estimados Antonio y lectores del blog, contra estos activos y pasivos tóxicos sólo cabe una vacuna, y ésta sólo es efectiva inyectándose a través de la ranura que nos dejará la urna. Un saludo, Jabato.
P.d.- A partir del 27 de mayo comienza la cuenta atrás para saber si sobrevivimos y reaccionamos a una infección tan perjudicial.
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